Incomunicación,
enfrentamiento soterrado, desorganización total, falta de un criterio
único… Ésta es la receta que está llevando al desastre al restaurante al
que se enfrenta Chicote en un nuevo caso de Pesadilla en la cocina,. Un complejo desafío en el que
la constante tensión, las palabras no pronunciadas, la cocina más
pequeña de la historia del programa y las difíciles relaciones
familiares están llevando al restaurante “Gran Café” al borde del
cierre.
Ubicado en un barrio
residencial y tranquilo de la localidad madrileña de Coslada, el “Gran
Café” abrió hace más de 10 años gracias al espíritu emprendedor de
Juanjo, un empresario que posee también otro restaurante en la misma
población, “La Dolce Vita”. Sin embargo, mientras éste es todo un éxito y
va viento en popa, el “Gran Café” es sólo una fuente de pérdidas y de
problemas. Y Juanjo va a descubrir por qué. Hace unos años, el buen
funcionamiento del “Gran Café” le permitió al empresario dejarlo en
manos de su mujer y su hermana para abrir así una nueva aventura
gastronómica. Confió en ellas la dirección del que siempre había sido un
lugar de éxito, pero un pequeño detalle entre las cuñadas al que apenas
dan importancia pero que resulta gravísimo está hundiendo el negocio:
no se dirigen la palabra.
Las condiciones de
trabajo en el Gran Café no son fáciles: tienen la cocina más pequeña de
la historia del programa y al cocinero, un empleado extranjero sin
apenas experiencia en hostelería, nadie le ha enseñado ni un solo plato
de comida española. Y, como si fuera poco, Alberto Chicote descubre
sustancias no identificadas – y en evidente estado de descomposición -en
varios botes de la cocina del “Gran Café”, una nueva y desagradable
sorpresa que no esperaba encontrar en un aquel lugaA través de un
cuaderno
Situado en una zona
con gran potencial y después de más de una década de éxito, el “Gran
Café” se desmorona. La hermana y la mujer de Juanjo, al frente del
negocio, se dividen en dos turnos. Pero entre ellas no se hablan. Sólo
se comunican a través de un cuaderno en el que anotan ciertos detalles
pero que no unifica una forma de trabajar organizada. Cada una hace las
cosas a su manera y cada una de sus maneras es completamente distinta,
lo que dificulta el trabajo de cocinero y camareros, que tienen que
trabajan de forma diferente según estén en el turno de una o en el de
otra. Además, la cocina no termina de funcionar. El cocinero es
inexperto y la sensación de orden, desconcierto y caos es más que común.
El servicio es muy lento, hay problemas de atención y no existe un
criterio único con el que cual poder trabajar.
Entre dos mujeres
Con una situación así,
Juanjo se siente atrapado entre dos mujeres, dos personas
importantísimas para él que no se dirigen la palabra y que están
provocando con su actitud que se llegue a plantear el cierre del “Gran
Café”. Sin embargo, esa solución le desalienta. Si cerrara el
restaurante su hermana dejaría de tener una fuente de ingresos y para él
sería un terrible deshonor admitir que ha fallado a unos y otros.
Alberto Chicote se enfrenta a un nuevo y difícil reto en el que,
sorpresivamente, conseguirá que los tres protagonistas hablen por
primera vez del negocio y que las dos cuñadas por fin se dirijan la
palabra y puedan expresar lo que verdaderamente sienten. ¿Servirá esta
estrategia de revulsivo para conseguir reflotar el “Gran Café” o hará
estallar por los aires el soterrado enfrentamiento que existe entre la
mujer y la hermana de Juanjo?