Un calado de 2.400 antiguas barricas construidas en 1960, la historia viva de la crianza de magníficos vinos, ha sido rehabilitado para su utilización en enoturismo
por Bodegas Riojanas, que completa así la adecuación de sus centenarias
instalaciones en Cenicero (La Rioja) a la creciente demanda actual de
este tipo de experiencias que unen la tradicional cultura del vino con
el placer de los viajes.
Esta bodega acondicionó hace una década la instalación original de
1890 con el fin de potenciar la actividad enoturística. Durante estos
años se le ha ido dotando de espacios y servicios dirigidos
fundamentalmente a los numerosos aficionados atraídos por el mundo del
vino, a los que se ofrecen, demás de la visita a bodega y degustación de
vinos, desde exposiciones pictóricas a conciertos musicales o
actividades didácticas, como las jornadas vitivinícolas organizadas por
la Universidad de La Rioja.
Visitas públicas
El
escenario de estas actividades es el antiguo almacén, reconvertido en
un salón de actos que la bodega ofrece, junto a varias salas de
reuniones, en régimen de alquiler para la celebración de eventos
empresariales y actos culturales. Las inversiones se han orientado tanto
a la adecuación de un circuito para visitas, completado ahora con la
nave de barricas y la incorporación de diversos elementos didácticos,
como a la dotación de recursos humanos.
Personal
especializado atiende las visitas a la bodega de forma personalizada en
función de las características de cada grupo y adaptando el horario a
sus necesidades. El coste por persona se sitúa en torno a los 10 euros y
permite conocer el proceso de elaboración y crianza del vino, así como
degustar las últimas añadas acompañadas de productos típicos de la
gastronomía riojana.