Si recuerda haber devorado alguna vez un gigantesco helado después de
una discusión o haberse comido ansiosamente una bolsa de M&Ms la
víspera de una fecha clave, entonces conoce usted perfectamente el poder
calmante de los alimentos.
"Los dulces, los helados y otros hidratos de carbono producen un profundo efecto en la química del cerebro", explica Elizabeth Somer, nutricionista norteamericana y autora de El Libro de Cocina de la Alimentación y el estado de ánimo (Owl Books, 2004). "Estimulan la producción de neurotransmisores y otros compuestos biológicos que pueden provocar y aumentar la sensación de calma y satisfacción."
Es el punto de partida de un artículo publicado recientemente por flourishover50.com y firmado por Ki Steelman Browning, consultora de wellness, maestra de yoga y educadora nutricionista, en el que analiza y recomienda los alimentos más adecuados para mejorar los diferentes estados de ánimo, algo que en estos tiempos ‘convulsos’ puede resultar de gran utilidad.
"Los dulces, los helados y otros hidratos de carbono producen un profundo efecto en la química del cerebro", explica Elizabeth Somer, nutricionista norteamericana y autora de El Libro de Cocina de la Alimentación y el estado de ánimo (Owl Books, 2004). "Estimulan la producción de neurotransmisores y otros compuestos biológicos que pueden provocar y aumentar la sensación de calma y satisfacción."
Es el punto de partida de un artículo publicado recientemente por flourishover50.com y firmado por Ki Steelman Browning, consultora de wellness, maestra de yoga y educadora nutricionista, en el que analiza y recomienda los alimentos más adecuados para mejorar los diferentes estados de ánimo, algo que en estos tiempos ‘convulsos’ puede resultar de gran utilidad.
Elija alimentos 'amigables'
Los episodios leves de humor relacionados con la comida pueden
convertirse fácilmente en un hábito crónico que impida alcanzar nuestros
objetivos de peso. Sin embargo, aunque no siempre sea posible evitar
comer de un modo emocional, sí podemos elegir una dieta de “alimentos
amigables”. La clave está en dar a nuestro cerebro lo que realmente
pide, en lugar de sucumbir a la primera de cambio a sus deseos
iniciales.
Consulte al estómago, no al paladar
La próxima vez que esté usted a punto de desechar algunos de sus
bocados favoritos insalubres, pruebe a consultarle a su cuerpo, no sólo a
su paladar. Lo normal es que el paladar le pida estar masticando horas
y horas, pero sin satisfacer los procesos bioquímicos que pueden
cambiar su estado de ánimo. Consulte con su estómago y coma lo que este
realmente quiere. Por lo general, el estómago no quiere comerse medio
kilo de chocolate de un golpe.
Cuando esté triste...
Lo más rápido: tómese unos caramelos de azúcar y chocolate para simular la serotonina, ese elemento que contiene los neurotransmisores ‘de la felicidad’.
Algo más sano: frutas ricas en fibra, frutos secos o un bocadito de chocolate (¡no diez!).
La mejor opción: nueces, semillas de linaza y pescados grasos como el salmón.
Cuando usted está ansioso o enfadado...
Lo más rápido: chips o galletas. El propio hecho de masticar supone una liberación física de las emociones.
Algo más sano: un buen crujiente de manzana bajo en calorías, jícama (tubérculo de familia de las leguminosas), zanahoria o uvas frías.
La mejor opción: tómese un descanso de 15 minutos, respire profundamente, dé una vuelta a la manzana, o apúntese volando a la clase más cercana kickboxing. Comer con la cabeza caliente puede provocar una indigestión.
Cuando se encuentre solo...
Lo más rápido: un pastel, palomitas de maíz o pasta para llenarse rápidamente y ocultar los sentimientos vacíos.
Algo más sano: una merienda equilibrada como yogurt, requesón, pavo, galletas saladas o palitos de apio.
La mejor opción: por lo general nos sentimos solos por una falta de conexión con uno mismo y con los demás. Diseñar un nuevo proyecto vital que convierta su entorno inmediato en más divertido y entretenido es lo que mejor le puede saciar. Pruebe algo nuevo, como una clase de yoga o pintura. ¡Recuerde que la curiosidad mantiene joven!
Cuando esté satisfecho o celebrando algo...
Lo más rápido: una buena pizza o hamburguesa.
Algo más sano: un batido de frutas.
La mejor opción: una barrita energética y ¡algo de ropa nueva!
Y como recomendación general…
Cuando se encuentre alterado, deténgase un momento a pensar en su plato favorito de la infancia. ¿Era un McBurguer de queso? ¿La tarta de manzana de su madre? Comer versiones saludables de alimentos asociados con recuerdos agradables resulta muchas veces la forma más eficaz para mejorar coherentemente su estado de ánimo sin ese doloroso sentimiento de culpabilidad que tan bien conocemos.
Cuando esté triste...
Lo más rápido: tómese unos caramelos de azúcar y chocolate para simular la serotonina, ese elemento que contiene los neurotransmisores ‘de la felicidad’.
Algo más sano: frutas ricas en fibra, frutos secos o un bocadito de chocolate (¡no diez!).
La mejor opción: nueces, semillas de linaza y pescados grasos como el salmón.
Cuando usted está ansioso o enfadado...
Lo más rápido: chips o galletas. El propio hecho de masticar supone una liberación física de las emociones.
Algo más sano: un buen crujiente de manzana bajo en calorías, jícama (tubérculo de familia de las leguminosas), zanahoria o uvas frías.
La mejor opción: tómese un descanso de 15 minutos, respire profundamente, dé una vuelta a la manzana, o apúntese volando a la clase más cercana kickboxing. Comer con la cabeza caliente puede provocar una indigestión.
Cuando se encuentre solo...
Lo más rápido: un pastel, palomitas de maíz o pasta para llenarse rápidamente y ocultar los sentimientos vacíos.
Algo más sano: una merienda equilibrada como yogurt, requesón, pavo, galletas saladas o palitos de apio.
La mejor opción: por lo general nos sentimos solos por una falta de conexión con uno mismo y con los demás. Diseñar un nuevo proyecto vital que convierta su entorno inmediato en más divertido y entretenido es lo que mejor le puede saciar. Pruebe algo nuevo, como una clase de yoga o pintura. ¡Recuerde que la curiosidad mantiene joven!
Cuando esté satisfecho o celebrando algo...
Lo más rápido: una buena pizza o hamburguesa.
Algo más sano: un batido de frutas.
La mejor opción: una barrita energética y ¡algo de ropa nueva!
Y como recomendación general…
Cuando se encuentre alterado, deténgase un momento a pensar en su plato favorito de la infancia. ¿Era un McBurguer de queso? ¿La tarta de manzana de su madre? Comer versiones saludables de alimentos asociados con recuerdos agradables resulta muchas veces la forma más eficaz para mejorar coherentemente su estado de ánimo sin ese doloroso sentimiento de culpabilidad que tan bien conocemos.
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