Las bodegas españolas tienen razones más que de sobra para
poder brindar con satisfacción ante la conquista de los mercados
internacionales. Especialmente en China, uno de los más importantes del
mundo -representa el 14 por ciento de todo el consumo mundial de vino
con 17 millones de hectólitros anuales, según las estimaciones de la OIV
(Organización Internacional del Vino)- y, sobre todo, el que ofrece un
mayor potencial de crecimiento durante los próximos años.
Si
en 2011 nuestras bodegas superaron por primera vez a Italia en
exportación total de vino a este gigante asiático; en el último
ejercicio han logrado además un reto mucho más complicado: superarles
también por volumen de vino embotellado, el que aporta un valor valor
añadido.
Hace dos años los dos países estaban empatados con un total
de 18,9 millones de litros y en 2012 mientras que las bodegas españolas
superaron los 20,1 millones, Italia perdió terreno de forma alarmante y
cayó hasta 14,9 millones de litros. Y es que los datos recogidos por el
Icex de acuerdo con las cifras de las aduanas chinas no dejan ningún
lugar a duda: España ha elevado sus exportaciones de vino embotellado un
111,5 por ciento en los últimos dos años, quedando así sólo por detrás
de Francia y Australia.
Con todo ello, nos hemos convertido en el cuarto país del
mundo por valor de las ventas de vino global en China, incluyendo
también el que se distribuye a granel. El problema que seguimos teniendo
es que nuestro vino sigue siendo mucho más barato que el resto, por lo
que la facturación que se consigue con estas exportaciones es también
menor. Gráfico: el mercado del vino en China, al detalle
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