El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte
ha comenzado a certificar las primeras cerezas de la variedad
Navalinda, las únicas de esta zona geográfica que tienen pedúnculo y que
se encontrarán disponibles en el mercado a lo largo de las próximas
semanas.
La campaña de este año —que está sufriendo un retraso de alrededor de
quince días debido a los problemas climatológicos— contará con una
producción más baja, entre un 25 y un 30 por ciento inferior a la del
ejercicio anterior, aunque según las previsiones del Consejo Regulador,
su calidad será ‘muy buena’.
En el Valle del Jerte el cultivo de las cerezas se lleva a cabo de
una manera natural, tradicional y sin aditivos, lo que hace que las
cerezas y picotas tengan un sabor único y un altísimo contenido en
vitaminas, oligoelementos y flavonoides. Tras una cuidadosa selección a
pie de árbol, de acuerdo a un riguroso control de calidad, sólo las
mejores se identifican con el sello de la Denominación de Origen Cereza
del Jerte.
¿Cereza o picota?
Existen muchos tipos diferentes de cereza, aunque la variedad
principal en la zona del Jerte es la cereza sin rabito llamada picota
que llega a partir de la primera quincena de junio y se podrá encontrar
en los mercados hasta la primera semana de agosto.
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