Una dieta diaria en la que los alimentos de temporada
tengan un protagonismo especial es la mejor forma de garantizar que
nuestro organismo recibe regularmente los saludables componentes que
aportan unos productos que se encuentran en sus mejores condiciones de
frescura y adecuación a la época del año, además de contribuir al
mantenimiento de una agricultura sostenible y a la protección del medio
ambiente.
La Fundación Dieta Mediterránea, cuyo objetivo fundamental es el de
preservar el estilo de vida que compartimos los pueblos mediterráneos
desde hace miles de años, recomienda los siguientes alimentos como los
más adecuados para el mes de agosto que ya ha comenzado.
Frutas: Aguacate, Albaricoque, Ciruela, Frambuesa, Granada, Higo, Mango,
Manzana, Melocotón, Melón, Membrillo, Nectarina, Paraguaya, Pera,
Plátano, Sandía y Uva.
Verduras y hortalizas: Ajo, Calabacín, Calabaza, Cebolla, Espinaca, Judía verde, Lechuga, Nabo, Pepino, Rábano, Remolacha, Tomate y Zanahoria.
Pescados y mariscos: Almejas, Anguila, Bogavante, Bonito, Buey de mar, Cabracho,
Calamares, Camarón, Cigala, Centollo, Carpa, Fletán, Gamba gris, Jurel,
Langosta roja, Langosta Roja, Langostinos, Liba, Mejillones, Mero,
Nécora, Ostras, Palometa, Perca, Pez espada, Salmón, Sardina, Tiburón y
Trucha.
Carne: Cerdo, Codorniz, Conejo, Gallina, Pollo, Ternera y Vaca.
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