miércoles, 8 de mayo de 2013

La primera pesadilla de Alberto Chicote un restaurante asiático. El Katay

Alberto Chicote inicia la segunda temporada de 'Pesadilla en la cocina' en un restaurante asiático, el Katay, gobernado por dos jóvenes amigos sin ninguna experiencia, muchas pretensiones y demasiadas rencillas personales a sus espaldas.

El chef comienza así su nueva andadura en el programa con una de sus especialidades, la cocina asiática, con la que disfrutará y sufrirá a partes iguales. Ubicado en una de zona de alto nivel adquisitivo de la provincia de Sevilla, el Katay nació como un sofisticado restaurante que podía convertirse en centro de reunión y ocio de celebridades, futbolistas y gente de clase acomodada. Sus socios pensaron primero en montar juntos una tienda de ropa pero tras pensarlo mucho se decidieron por un restaurante.

No pensaron en que el hecho de contratar a cocineros chinos, que apenas hablan castellano, hace imposible la comunicación y eso acarrea un problema a corto plazo. Un cúmulo de decisiones desacertadas que terminó por hacer fracasar el sueño de dos jóvenes que parecían estar en un juego en lugar de ejerciendo una profesión seria.

Tomares, en la provincia de Sevilla, es el municipio con la renta per cápita más alta de Andalucía. Urbanizaciones de lujo, campos de golf y un alto nivel adquisitivo parecen el escenario perfecto para el Katay, un sofisticado restaurante asiático abierto por dos socios y amigos, Baldo y Giovani, hace menos de un año. Pero la torpe dirección de estos socios con pretensiones y sin experiencia ha llevado al Katay a la ruina en tan sólo unos meses.

En el restaurante se acumulan los problemas, empezando por una cocina sin comunicación. A esto se le suma un servicio ineficaz y la poca implicación de uno de los socios, Baldo, que parece en constante estado de "ausencia". Las pérdidas económicas han disparado la tensión entre los socios, que tienen una perspectiva completamente diferente sobre la inversión de cada uno de ellos en el local.

A raíz del fracaso del negocio, la relación entre Baldo y Giovani comienza a resentirse a una velocidad de vértigo y cuando Alberto Chicote empieza a indagar para tratar de comprender el problema del restaurante la realidad no tardá en salir a la luz: uno de los socios no está siendo sincero con el otro.

Además. Las rencillas personales que durante años habían callado comienzan a aparecer y a convertir el Katay en un "patio de colegio" que impide concentrarse a los jóvenes propietarios en lo verdaderamente importante: el restaurante.

Alberto Chicote se enfrenta a un reto complicado. Convertir un lugar con demasiadas pretensiones en un lugar de clase y personalidad, que atraiga a las personalidades de la zona y cuya cocina destaque por su calidad y fuerza. Pero para conseguirlo es necesario que Baldo y Giovani resuelvan sus problemas personales, pongan la verdad al servicio del Katay y comiencen a comportarse como adultos, entregados a un proyecto común que todavía puede convertirse en el lugar soñado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario