Un estudio publicado recientemente destaca que podría existir una relación inversa entre el
consumo de cereales integrales y la incidencia de una enfermedad como la
diabetes de tipo 2, de elevada prevalencia.
El estudio, dado a conocer desde la campaña Pan cada día,
fue realizado bajo la dirección de la doctora estadounidense Emily D.
Parker (Minnesota) y llevado a cabo sobre una muestra de 72.215 mujeres
postmenopáusicas, que participaron en el WHI (Women’s Health Initiative
Observational Study), un estudio observacional en el que se siguió a una
cohorte de 93.676 mujeres de 50 a 79 años durante 8 años.
En este trabajo se analizó la dieta de las mujeres al inicio del
estudio, mediante un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos
en el que se incluían preguntas específicas relativas al consumo de pan y
otros cereales, incluyendo el tipo (blanco o integral) y se clasificó a
las participantes en función de que el consumo total de cereales
integrales fuera nulo, inferior a 0,5 raciones/día, de 0,5-1
raciones/día, de 1-1,5 raciones/día, de 1,5-2 raciones/día, o de 2 ó más
raciones/día. Además, durante el tiempo de seguimiento, se realizó una
sesión anual en la que se preguntó a las mujeres si habían sido
diagnosticadas de nuevo de diabetes de tipo 2. La tasa de incidencia de
diabetes de tipo 2 en el colectivo estudiado, fue de 63 por cada 10.000
personas/año.
Buenos resultados con consumos relativamente bajos
El consumo de cereales integrales entre las participantes en el
trabajo fue, en general, escaso, con una media de 1,1 raciones/día. Las
mujeres con mayores consumos de cereales integrales presentaron un menor
riesgo de padecer diabetes de tipo 2, después de eliminar la influencia
de múltiples variables de confusión tanto dietéticas (consumo de
frutas, verduras, lácteos, alcohol, etc.) como no dietéticas (práctica
de ejercicio físico, historia familiar de diabetes, etc.).
Además, según señalan los autores del trabajo, el menor riesgo de
padecer diabetes de tipo 2 se observó incluso con consumos relativamente
bajos de cereales integrales, como una ración/día y fue dosis
dependiente, de manera que a medida que se incrementaba el consumo de
estos alimentos disminuía el riesgo de sufrir la enfermedad.
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