Los consumidores de a pié tenemos la sensación, muy a menudo, de que
gran parte del el trabajo que realizan los científicos —el perfil
genético de la mosca de la fruta, la secuenciación del vuelo de un
moscardón...— resulta complicado, oscuro y, casi siempre, irrelevante
para las sencillas necesidades de nuestra vida diaria.
Sin embargo, no toda la ciencia es así. Un equipo científico de la Royal Society of Chemistry, en colaboración con la British Cheese Board (Comité del Queso Británico), anunciaba la pasada semana el descubrimiento de “la fórmula perfecta para fundir queso en una rebanada de pan tostado”.
Tras una serie de pruebas exhaustivas sobre las condiciones de la
fuente de calor, la consistencia del queso, el grosor del pan, las
distancias necesarias, etc., el presidente de esta sociedad científica,
Ruth Neale, hizo pública la siguiente fórmula magistral:
"Como resultado de las pruebas que hemos realizado en las cocinas de
nuestro Centro de Química, se ha encontrado que la tostada de queso
perfecta se puede hacer mediante la fusión de 50 gramos de un queso duro
—como el cheddar— en rodajas, sobre una rebanada de pan blanco de 10
milímetros de espesor, bajo una parrilla. El pan con el queso debe
situarse a una distancia de 18 centímetros de la fuente de calor, que en
nuestra parrilla estaba a una temperatura de 115º C, y debe cocinarse
durante cuatro minutos para lograr la consistencia y el sabor perfectos.
En relación con este experimento, Ruth Neale asegura que "aunque una
tostada de queso puede que no sea considerada en sí misma un tema
demasiado científico, esperamos que las pruebas que hemos llevado a cabo
demuestren el método que los científicos aplicamos al diseño de todas
nuestras investigaciones y, por supuesto, que la química tiene un papel
muy importante que desempeñar en las múltiples técnicas empleadas en la
elaboración del queso, un producto del que tan solo en el Reino Unido
existen más de 700 variedades.”
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