Una dieta diaria en la que los alimentos de temporada
tengan un protagonismo especial es la mejor forma de garantizar que
nuestro organismo recibe regularmente los saludables componentes que
aportan unos productos que se encuentran en sus mejores condiciones de
frescura y adecuación a la época del año, además de contribuir al
mantenimiento de una agricultura sostenible y a la protección del medio
ambiente.
La Fundación Dieta Mediterránea, cuyo
objetivo fundamental es el de preservar el estilo de vida que
compartimos los pueblos mediterráneos desde hace miles de años,
recomienda los siguientes alimentos como los más adecuados para el mes
de julio que ya ha comenzado.
Frutas
Aguacate,
Albaricoque, Breva, Cereza, Ciruela, Frambuesa, Higo, Mango, Manzana,
Melocotón, Melón, Membrillo, Nectarina, Paraguaya, Pera, Plátano y
Sandía.
Verduras y hortalizas
Ajo, Calabacín, Calabaza, Cebolla, Espinaca, Judía verde, Lechuga, Nabo, Pepino, Rábano, Remolacha, Tomate y Zanahoria.
Pescados y marisco
Almejas, Anguila, Bogavante, Bonito, Buey de mar, Cabracho,
Calamares, Camarón, Carpa, Cigala, Centollo, Fletán, Gamba gris, Jurel,
Langosta rosa, Langosta roja, Langostinos, Liba, Mejillones, Merluza,
Mero, Nécora, Ostras, Palometa, Perca, Pez espada, Rodaballo, Salmón,
Sardina, Tiburón y Trucha.
Carnes
Cerdo, Conejo, Gallina, Pollo, Ternera y Vaca.
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