Las exportaciones a Rusia de productos agroalimentarios y bebidas españolas
superaron, entre enero y noviembre de 2012, los 731 millones de euros,
lo que significa un incremento del 13% en comparación con el mismo
periodo del ejercicio anterior. Entre los productos más demandados
destacan los hortofrutícolas, seguidos muy de cerca por los cárnicos; y
como productos con mayor crecimiento, las mermeladas y confituras,
seguidas de las hortalizas y legumbres frescas.
Según la valoración de ICEX, España
Exportación e Inversiones, ha sido la fama mundial de los cocineros y
bodegas españolas lo que ha generado que la gastronomía y vinos
nacionales crucen fronteras y cosechen éxitos en mercados antes
desconocidos. La repercusión de la alta cocina española y las elevadas
puntuaciones en listas internacionales de los vinos en la prensa
especializada están logrando abrir nichos como el mercado ruso, el país
más extenso del mundo.
Un mercado en crecimiento
Entre las razones de carácter interno, la apuesta de la
Administración rusa por la eliminación de barreras arancelarias, las
millonarias inversiones estatales y la modernización de la industria han
generado que durante el último año Rusia recupere porcentajes positivos
de crecimiento, lo que repercute en un mayor consumo. Además, tras la
aprobación formal de entrada en la Organización Mundial del Comercio, la
Federación ha abierto un poco más sus puertas a las empresas españolas.
Buena oferta por parte española
Por otro lado, las marcas españolas se caracterizan por contar con
una oferta bien adaptada en términos de calidad y precio. El consumidor
ruso, por su parte, cuenta con una curiosidad natural a la hora de
probar nuevos sabores y, por lo general, suele considerar que los
alimentos y bebidas importados son de mejor calidad que los locales. El
único factor que frena el consumo de los alimentos extranjeros es el
precio final, que suele ser, como mínimo, el doble que el valor de
exportación.
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